Caso de éxito de Vortex: Pasado, presente y futuro del viento. Datos que impulsan decisiones.

Una plataforma de datos eólicos globales que opera 24/7 gracias a una infraestructura crítica fiable.

El reto

Vortex es una empresa pionera en la generación de datos meteorológicos sintéticos para el sector eólico. Su plataforma automatizada da servicio a ingenieros eólicos en todo el mundo a través de un modelo SaaS: los usuarios acceden de forma autónoma, seleccionan la localización y el periodo de interés, y el sistema lanza los cálculos necesarios sin intervención del equipo técnico. Este sistema basado en cálculos intensivos y disponibilidad 24/7, exige una infraestructura tecnológica robusta, escalable y sin margen de error.

La solución

Desde 2009, Vortex confía en Adam para alojar su clúster de cálculo. Con 12 racks distribuidos en dos centros de datos y soporte técnico continuo, Adam garantiza la estabilidad, conectividad y continuidad operativa que su servicio global necesita.

Vortex nació en 2005 en Barcelona, cuando sus fundadores —ingenieros en el sector eólico— detectaron la falta de datos fiables para diseñar parques eólicos. A partir de esa necesidad concreta, desarrollaron un modelo propio de simulación meteorológica basado en física computacional, capaz de generar datos sintéticos del viento con alta precisión.

Su tecnología permite sustituir mediciones físicas —como las torres meteorológicas que requieren un año de medición para obtener datos— por simulaciones que se entregan en cuestión de días. Este salto de eficiencia acelera la toma de decisiones en proyectos eólicos desde sus fases más tempranas.

Presente en más de 100 países, Vortex opera de forma global y cuenta con oficinas en Estados Unidos, India y Tailandia. También está presente en mercados clave como Latinoamérica, China, Australia y Japón, donde la energía eólica sigue creciendo como respuesta a los retos del cambio climático.

Computación intensiva y disponibilidad absoluta

Desde su origen, Vortex se ha centrado en ofrecer datos meteorológicos sintéticos generados por modelos computacionales propios. El servicio es totalmente automatizado y global: ingenieros eólicos pueden lanzar cálculos desde cualquier parte del mundo y a cualquier hora.

Esto exige una infraestructura crítica robusta, con continuidad operativa garantizada. “Un corte de conectividad o energía puede comprometer toda nuestra operativa”, explica Pau Casso, director técnico de Vortex.

Datos complejos, servicio ininterrumpido

Vortex nace de una necesidad técnica real. Sus fundadores, ingenieros con experiencia en desarrollo eólico, identificaron ya en 2005 una carencia en el mercado: no existía una forma fiable y automatizada de obtener datos meteorológicos de calidad para evaluar el recurso eólico. Así, pusieron en marcha Vortex, con una visión clara: desarrollar una tecnología capaz de simular el comportamiento del viento en cualquier parte del mundo mediante modelos físicos propios.

Con el tiempo, su plataforma digital —basada en simulaciones meteorológicas por encargo— se ha consolidado como herramienta imprescindible para ingenieros eólicos en más de 300 empresas. Pero este modelo operativo exige una infraestructura informática capaz de garantizar disponibilidad total.

Los primeros cálculos se realizaron en las oficinas de Vortex, pero las limitaciones de refrigeración y consumo energético no tardaron en evidenciarse. En 2009, el equipo comenzó la búsqueda de un partner de infraestructura tecnológica en Barcelona. Buscaban un centro de datos donde pudieran alojar su propio clúster de forma segura, cercana y flexible, sin depender aún de servicios en la nube, que en ese momento no encajaban con su modelo técnico ni operativo.

«Nuestros productos permiten tomar decisiones antes de que existan datos medidos, con un nivel de precisión muy alto tras dos décadas de trabajo.»

Pep Moreno, CEO de Vortex

La solución de Adam: housing de alta disponibilidad y cercanía operativa

Vortex necesitaba escalar su infraestructura con garantías técnicas. El reto era encontrar un proveedor que ofreciera condiciones óptimas para alojar su propio clúster de cálculo, con acceso físico directo, conectividad fiable y soporte ágil.

Tras evaluar varios data centers en Barcelona, eligieron Adam por su capacidad para adaptarse a sus requisitos técnicos y operativos. Fue el único proveedor que combinaba:

  • Una propuesta técnica y comercial ajustada a su modelo de operación. VORTEX siempre ha operado con sus propios equipos físicos, por lo que requería espacio, energía y conectividad, sin renunciar al control directo sobre su infraestructura.
  • Acceso físico al centro de datos. En aquella etapa, los servicios cloud no eran viables ni por costes ni por arquitectura, y era imprescindible poder intervenir físicamente en sus máquinas.
  • Un servicio próximo, transparente y flexible. Desde el inicio, el equipo de Adam se mostró resolutivo, facilitando tanto la puesta en marcha como la evolución posterior de la infraestructura.

Actualmente, Vortex opera con 12 racks completamente ocupados y distribuidos entre los centros de datos de Adam en Barcelona y Cerdanyola. Esta configuración se basa en un sistema de geo-replicación activa, que permite duplicar cargas y servicios entre localizaciones físicas distintas, asegurando una continuidad operativa real ante cualquier incidencia. La infraestructura es físicamente distribuida pero operativamente unificada, lo que refuerza la resiliencia del sistema.

Además, Adam proporciona acceso 24/7, soporte técnico preventivo y acompañamiento continuo en tareas clave como la monitorización energética o la gestión de incidencias.

«Durante más de 15 años de colaboración, Vortex no ha experimentado cortes críticos de servicio ni incidencias graves. La comunicación con el equipo técnico de Adam ha sido constante y proactiva.»

Pau Casso, director técnico de Vortex

Mirando al futuro: precisión extrema y arquitectura híbrida

El reto de Vortex es mantener su liderazgo en precisión en un entorno cada vez más competitivo, marcado por la mejora del open data y la aparición de nuevas soluciones basadas en inteligencia artificial. Su propuesta sigue siendo clara: ofrecer los datos más exactos posibles, gracias a modelos físicos propios, validación científica y supervisión experta.

Para reforzar esta posición, la empresa está explorando una arquitectura híbrida que combine su clúster de alto rendimiento con recursos cloud para absorber picos de demanda. En esta evolución, Adam sigue siendo un aliado natural, tanto por su experiencia técnica como por su capacidad para adaptarse a entornos mixtos con alta exigencia operativa.

Además, para cubrir todas las necesidades del mercado, Vortex opera y comercializa sus servicios a través de tres spin-offs: una centrada en predicción a corto plazo (horas o días), otra en previsión estacional (hasta 18 meses) y una tercera en proyecciones de largo plazo para evaluar el impacto del cambio climático sobre el recurso eólico. Con ello, la compañía extiende su cobertura desde el análisis del “viento del pasado” hasta el del “viento del futuro”.