El reto de mantener estable la plantilla en cualquier empresa no es menor. Y si la empresa es del sector IT, aumenta la dificultad debido a la elevada demanda de personal del sector y al alto índice de rotación, que en 2019 superó el 18%.
Sin embargo, cuando se consigue mantener un equilibrio entre una plantilla estable y la incorporación de nuevo talento, el resultado compensa el esfuerzo y proporciona un aumento de calidad en el servicio. Esto lo tenemos muy claro en Adam y forma parte de nuestro ADN.
El reto de retener el talento
En los últimos años, las reglas del juego han cambiado: el trabajo, la vida privada, la salud, la seguridad y el bienestar, van más juntos que nunca, y eso hace que las personas se replanteen sus prioridades.
Una encuesta de PwC de junio de 2021 concluyó que casi nueve de cada diez ejecutivos afirmaban que en su empresa estaban experimentando una rotación más alta de lo normal.
Esto modifica las estrategias de retención del talento a través de factores que no solo pasan por las políticas salariales, sino también por la mejora de la experiencia personal. Sentir que formamos parte de un proyecto, que estamos generando una idea de marca positiva, y adaptarnos a los cambios de manera natural y segura, es ahora algo prioritario. Este es el camino que seguimos en Adam.
¿Cómo asumimos en Adam los desafíos de Recursos Humanos?
Hacemos sentir a todos los colaboradores que son realmente parte del proyecto, les hacemos partícipes de los éxitos de la organización a nivel retributivo. Éste es, sin duda, un esfuerzo que compensa.
Para construir la nueva imagen de Adam, se realizó un estudio de mercado a través de reuniones cualitativas con el personal y se determinó cómo queríamos que fuera nuestra empresa. Así nació nuestro eslogan “Your data home”, que también es el “Our data home”.
Además, compartimos periódicamente todas las decisiones y proyectos con el personal en reuniones trimestrales. En ellas, cada departamento explica al resto de colaboradores sus logros, sus retos y sus inquietudes, de forma que todos nos sintamos parte del proyecto. Esto también amplía el conocimiento de la empresa y la multiplicidad de puntos de vista.
Adaptarse a los cambios: teletrabajo
La adaptación a los cambios tiene muchas implicaciones. La primera es asegurar un nivel profesional excelente, de acuerdo con las necesidades de la empresa y, para ello, la formación continua es imprescindible. Nadie puede quedar obsoleto en conocimientos.
En Adam apostamos por el talento que empieza: técnicos que tienen su primera experiencia y que continúan creciendo en la misma empresa, asimilando nuestra manera de trabajar con un plan de carrera.
La segunda implicación a la adaptación ha sido la flexibilidad. La pandemia introdujo un nuevo concepto en el mundo laboral: el teletrabajo, pero también la zoomfatiga. La distancia física no ayuda a la implicación, por esto en Adam creemos que el teletrabajo ha de ser una herramienta potente del plan de continuidad de negocio, un medio para garantizar la seguridad y la salud del equipo, y una ayuda para la conciliación familiar, pero no una nueva manera de trabajar.
¿Qué es lo que más se valora en un entorno laboral?
No podemos olvidar que la experiencia como persona pasa también por tener un buen ambiente de trabajo y un buen liderazgo. Dos de los factores más relevantes que determinan el bienestar en el trabajo son tener un buen ambiente laboral (8,21 sobre 10) y tener una buena relación con el coordinador (7,98 sobre 10).
Las encuestas de clima laboral que hacemos anualmente nos indican si vamos en la buena dirección o si hay puntos de mejora, a la vez que también damos la voz al equipo que debe sostener el proyecto.
En la última encuesta de clima laboral el 100% de las respuestas fueron que SIEMPRE “Mi responsable se preocupaba por conocer mis necesidades e intereses profesionales”. Y aquí volvemos a nuestro ADN, si los gestores se implican en el proyecto, saben escuchar y comprender, comparten las ideas y el camino a seguir, el resultado es que contagian su entusiasmo al resto del equipo.
Las personas somos el componente más importante de una empresa. Si somos capaces de cuidarlas, hacerlas crecer, y hacerlas sentir partícipes del proyecto, conseguiremos su compromiso, su motivación, y a la vez mantener la empresa competitiva como hasta ahora.
Este artículo ha sido escrito por
Nuria Vallmitjana
Directora Financiera y Responsable de Recursos Humanos